La Liebre y la Hiena

Origen: África (Variante popular)

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Había una vez en la vasta sabana africana, una liebre astuta y veloz llamada Lila, que se jactaba de ser la criatura más rápida de la región. En el mismo territorio vivía una hiena astuta y engañosa llamada Héctor, conocida por su astucia y su deseo constante de superar a los demás.

Un día, Lila y Héctor se encontraron en medio de la sabana y comenzaron a discutir sobre quién era el animal más veloz. La liebre, segura de sí misma, retó a la hiena a una carrera para demostrar quién era el verdadero rey de la velocidad. Héctor, siempre buscando una oportunidad para demostrar su destreza, aceptó el desafío con una sonrisa burlona.

La noticia de la carrera se extendió rápidamente entre los animales de la sabana, y pronto, todos se reunieron para presenciar el emocionante evento. El sol brillaba en lo alto mientras Lila y Héctor se preparaban para la competencia, cada uno decidido a probar su superioridad.

El disparo del inicio resonó en el aire, y ambos animales se lanzaron velozmente por la llanura. La liebre, con sus largas patas y ágiles movimientos, tomó la delantera de inmediato. Héctor, por otro lado, usó su astucia para encontrar atajos y estrategias que le permitieran ganar terreno.

A mitad de la carrera, la liebre seguía liderando, pero Héctor, con su resistencia y tácticas calculadas, estaba acercándose cada vez más. La multitud observaba con gran expectación, sin saber quién saldría victorioso.

Finalmente, cuando la línea de meta estaba a la vista, Héctor aprovechó su última estrategia. Sabiendo que no podía superar a Lila en velocidad pura, ideó un plan para distraer a la liebre. Comenzó a fingir fatiga, dejando que la liebre se confiara en su victoria inminente.

Lila, confiada en su éxito, disminuyó la velocidad para burlarse de Héctor, quien, en un momento de astucia suprema, aceleró de repente y cruzó la línea de meta justo antes que la liebre. La multitud quedó asombrada por la astucia de Héctor, mientras Lila se lamentaba de su arrogancia.

Después de la carrera, la liebre y la hiena se encontraron cara a cara. Lila, humilde y sorprendida por la astucia de Héctor, le preguntó cómo lo había logrado. Héctor, con una sonrisa, le dijo: "La velocidad es importante, pero la astucia y la estrategia también juegan un papel crucial en cualquier competencia".

La morala de esta historia es clara: no subestimes a los demás ni te vuelvas arrogante por tus habilidades. La humildad y la astucia son cualidades valiosas que pueden llevarte más lejos que la simple habilidad. En la carrera de la vida, la combinación de velocidad, astucia y humildad te ayudará a alcanzar el éxito de manera más completa y sostenible.

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