Rapunzel
Origen: Alemania (Hermanos Grimm)
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Había una vez, en un reino lejano, un matrimonio que esperaba con ansias la llegada de su primer hijo. La mujer, deseosa de tener una planta especial que crecía en el jardín de la malvada bruja que vivía al lado, persuadió a su esposo para que robara algunas hojas. La bruja descubrió el robo y exigió como castigo que la pareja le entregara a su hija recién nacida, a quien llamaron Rapunzel.
La bruja encerró a Rapunzel en una torre alta, sin puertas ni escaleras, solo accesible a través de una ventana en la parte superior. Allí, la niña creció en soledad, con su largo cabello dorado que parecía tener vida propia. Rapunzel pasaba sus días cantando y soñando con el mundo exterior, ajena a su destino y a la razón por la cual estaba encerrada.
Un día, un apuesto príncipe pasaba cerca de la torre y escuchó la melodiosa voz de Rapunzel. Fascinado por la hermosa canción, decidió encontrar la fuente de tan dulces notas. Después de varios intentos fallidos, descubrió la torre y la ventana por la cual la joven cantaba. Con gran determinación, el príncipe escaló la torre usando el largo cabello de Rapunzel como cuerda.
Rapunzel, sorprendida por la llegada del príncipe, temió al principio, pero pronto se dio cuenta de que él no era una amenaza. Los dos se enamoraron rápidamente y planeaban escapar juntos de la torre. Sin embargo, la bruja descubrió el plan y cortó el cabello de Rapunzel, arrojándolo al suelo. Al hacerlo, la magia que mantenía la torre inaccesible desapareció.
Desesperados, el príncipe y Rapunzel enfrentaron las consecuencias de su amor prohibido. Separados por la maldición de la bruja, el príncipe fue arrojado a la oscuridad mientras Rapunzel quedó atrapada en la torre. Durante años, ambos sufrieron y anhelaron el reencuentro.
Un día, mientras deambulaba por el bosque, el príncipe escuchó una melodía familiar. Siguiendo el sonido, llegó a la torre donde Rapunzel estaba cautiva. Al verlo, los ojos de Rapunzel se llenaron de lágrimas de alegría. La pareja se abrazó con fuerza, y en ese momento mágico, el amor rompió la maldición que los separaba.
Regresaron al reino, donde fueron recibidos con alegría y celebración. La malvada bruja, enfrentada por su maldad, fue desterrada, y Rapunzel y el príncipe vivieron felices para siempre. Juntos aprendieron que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo y que la perseverancia y la paciencia son recompensadas.
Con el tiempo, Rapunzel y el príncipe, ahora reyes, gobernaron con sabiduría y justicia. Su historia se convirtió en un ejemplo de superación y amor eterno, inspirando a generaciones venideras a enfrentar desafíos con valentía y a nunca renunciar a la esperanza.
Moraleja: Este cuento nos enseña que el amor verdadero y la perseverancia pueden superar incluso las situaciones más difíciles. Aunque enfrentemos desafíos y obstáculos en la vida, con paciencia y determinación, podemos superarlos y encontrar la felicidad. Además, destaca la importancia de no dejarse influenciar por la maldad y seguir el camino del amor y la compasión.Mira más cuentos